DESTRIPANDO SESIONES: Ted Bundy (13 asesinos)

No hay dinero. No hay equipo. No hay medios. Pero sobra imaginación y lo más importante en fotografía: sabes que necesitas para que la fotografía que tienes en la cabeza se haga realidad.
Os pongo en situación. Trabajaba en una serie personal basada en los 13 asesinos en serie más infames de los EEUU. Cuando es un trabajo personal (no remunerado en principio) los recursos con los que cuentas siempre son los mínimos. En este caso  además (muy al principio de mi carrera como fotógrafo) todo mi equipo era una cámara, un objetivo y un flash que no sincronizaba. Así estaba la cosa. Esto NUNCA debe ser una excusa para salir adelante y hacer tus fotos. Si yo pude, creedme, cualquiera puede.
La fotografía que estaba intentando desarrollar era un retrato psicológico que reprodujera la barbarie que desató Ted Bundy en la década de los 70, una imagen que incluyera los elementos que entendí claves para mostrar la psicopatía de este personaje. Un caos interior controlado, una locura cínica que se transformaba en elegancia social, una prepotencia psicopática. Y para trabajar unas cuantas bombillas, un piso, una sabana, unas fundas de plástico, una tele vieja (la que tenía) y unos buenos colegas.
Cuando sabes como iluminar, sabes iluminar con luces de estudio y con lámparas de las que cualquiera tiene en su casa. Y en este caso trabajábamos con la segunda opción. Para poder sacar más partido de las luces de casa compras unas bombillas de diferente potencia y la misma temperatura de color, unas cartulinas negras que podrás usar para modelar las luces y papel celofán de colores para poder teñir algunas luces sin tener que invertir en bombillas especiales. En total te haces con un equipo de iluminación por unos 10 euros. Equipo que por supuesto podrás usar en siguientes sesiones.
Lo primero es montar el set. En el salón de mi casa puse cuidadosamente los elementos del fondo según los esquemas y bocetos que había preparado. Todo estaba estudiado y nada era casual. En una sesión debes dejar lo mínimo en manos de la improvisación, estás trabajando con modelos que tienen sus tiempos y no debes dejar que las sesiones se te hagan eternas por falta de previsión. El esquema de iluminación para el fondo se basaba en una serie de luces que crearan un conjunto de lineas que condujeran hacia el elemento principal que es el modelo y concretamente hacia dos partes del modelo esenciales: su gesto y su postura. La cara mostrará una expresión y la mano y el pie un gesto. Para resaltar la mano y el pie coloco una luz en el fondo que cree un contra. Ya tengo el fondo iluminado. La luz del fondo estará teñida de rojo con el papel celofán empezando a construir los esquemas de color que remataremos en la edición.
El siguiente paso es iluminar el modelo. Se trata ahora de dar el tipo de luz que necesito en el modelo para la historia que quiero contar sin que la iluminación del fondo pierda su configuración. Esto se hace a base de igualar. Coloco alrededor de la bombilla una cartulina negra para que la luz no inunde la escena en las zonas en las que ya he trabajado la luz. Es lo que en las producciones con recursos se llama Spot Light y aquí lo llamamos cinta adhesiva y cartulina de los chinos. Y aquí empiezo a jugar con un fino equilibrio entre la potencia de la luz, la distancia a la que la vas a colocar del modelo y lo abierta o cerrada que debes poner la cartulina. La luz debe abarcar la cara y las manos y el pie. Después de mucho mirar por la cámara los resultados, tenemos la luz donde y como queríamos. Una iluminación cenital que cree unos juegos de luces y sombras que mantengan el esquema y la intención de la iluminación.
El esquema está montado. Tres puntos de luces. La luz roja del fondo que crea esa linea torcida que desequilibra la composición y lleva la mirada hacia el lado derecho, el contra de el pie y la mano que centra parte de la acción en la postura y la luz cenital que ilumina la cara y el pie y la mano rompiendo el contra.

Es el momento de empezar a trabajar con el modelo. Todo en la escena está tan medido que no dejas espacio al movimiento. Solo le pides que vaya buscando gestos con la cara pero que no se mueva la postura ni un milímetro. Y en tres disparos tienes lo que querías. El gesto que estabas buscando, el cinismo y la prepotencia de Ted Bundy. Después de estar horas montándolo todo en tres disparos has acabado. Y esto es así porque en la fotografía el trabajo es siempre previo. disparar el botón no es si no el final de una consecución de ideas, experiencias, búsquedas, que te han llevado a ese 125/1 de segundo.
La sensación más grande que te puede dar la fotografía es la de plasmar tus ideas en imágenes. Y esto nunca es fortuito. Hoy en día la tecnología puede poner en nuestras manos recursos ilimitados y lo único que debes poner de tu parte es la intencionalidad, ser capaz de crear tus ideas con lo que tienes a mano no solo es posible sino que además es esencial para un fotógrafo. Lo único que puede apartarte de conseguir la foto que quieres es no saber analizar y reproducir las condiciones de una imagen y eso se puede aprender, pero necesitas más tiempo del que se tarda en poner etiquetas y filtros en instagram.

Tú decides que clase de fotógrafo quieres ser.